Protocolo sanitario y nuevos mercados impulsan el crecimiento de las agroexportaciones peruanas hacia Asia y otras economías emergentes
En los últimos dos años, las agroexportaciones peruanas han alcanzado niveles históricos, superando los 12 mil millones de dólares, gracias a una combinación de crecimiento en la demanda internacional y la diversificación hacia nuevos destinos. Aunque mercados tradicionales como Estados Unidos y Europa mantienen su relevancia, el interés por explorar nuevas plazas ha llevado a Perú a firmar importantes acuerdos sanitarios que facilitan la entrada a más de 130 países, ampliando así su alcance global.
Destacan especialmente los avances en Asia, donde países como Indonesia, Singapur, Malasia y Hong Kong han registrado aumentos significativos en la importación de productos agrícolas peruanos. Asimismo, en Latinoamérica, mercados emergentes como Ecuador, Brasil, Costa Rica y México presentan crecimientos destacados. Este dinamismo se refleja no solo en volúmenes, sino también en la mejora de precios de productos estrella como la uva y el arándano, así como en el auge de frutas congeladas y cítricos.
La apertura a nuevos mercados ha sido posible gracias a la labor conjunta del SENASA, MIDAGRI, la Cancillería y PROMPERÚ, responsables de negociar y firmar los protocolos sanitarios. Ejemplos recientes incluyen la autorización para exportar palta a Malasia, un mercado con gran potencial y poca competencia, y la inclusión de cítricos peruanos en Nueva Zelanda, donde el país busca destacarse por la calidad más que por volumen.
Además, la reciente firma para exportar mandarinas frescas a Vietnam abre la puerta a un mercado de casi 100 millones de consumidores, mientras que la reactivación de la exportación de uva a Ecuador apunta a superar los volúmenes históricos previos a las restricciones fitosanitarias.
Un hito relevante ha sido el convenio con China, suscrito durante la cumbre de APEC, que permitirá la exportación de frutos congelados, castañas y pecanas, abriendo la posibilidad para futuras negociaciones con otros productos como la pitahaya y la frambuesa.
Sin embargo, a pesar de estos logros, la apertura de mercados continúa siendo un proceso reactivo que debe ser acelerado para aprovechar al máximo el crecimiento de la frontera agrícola, potenciado por nuevas obras de infraestructura. De no hacerlo, Perú enfrentaría el riesgo de excedentes sin salida comercial, afectando precios y la sostenibilidad del sector.
Por ello, el país necesita una estrategia institucional más proactiva que establezca metas claras y priorice productos y destinos con mayor impacto, fortaleciendo el sistema de aprobación de protocolos y asegurando que la expansión agroexportadora se mantenga competitiva y sostenible a largo plazo.
Fuente: Fresh Fruit