Alta productividad

China, Corea, Estados Unidos y España, son algunos de los países a donde llegan sus envíos de uva de mesa y mandarina. Asegurar cultivos de calidad para la exportación, responde a las bondades del fructífero suelo peruano y al empleo de tecnología de avanzada.

Fue en 2007 que, con mucho entusiasmo por conquistar el desierto con productivos sembríos, nació Agricola Challapampa en el cálido valle de Ica; desde entonces, se constituyó en una empresa dedicada al cultivo de páprika y cebolla, para luego migrar a la uva y la mandarina en 500 hectáreas de terreno ubicadas en la región de Villacurí. Por su gran potencial y gracias a financiamientos del exterior fue adquirida por Vanguard Perú en 2016, integrándola a su línea de negocio dirigida a ofrecer cultivos frescos a nivel mundial. 

Manuel Yzaga, CEO de Vanguard Perú, señala que, desde el principio, se tomó en cuenta que la empresa tuviera un enfoque humano, dirigido al bien de la comunidad y con énfasis en la sostenibilidad. “Siempre se tuvo como meta trabajar con personas que se sientan orgullosas de su labor; este mensaje se afinó con la elaboración de un plan estratégico, gracias al compromiso y participación de líderes multidisciplinarios y de diversas áreas de la organización”, explica.

Los campos de cultivo, ubicados en la zona norte de Ica, en Villacurí (distrito de Salas-Guadalupe) cuentan con más de mil hectáreas destinadas a la producción frutícola. “Se comenta mucho lo de Challapampa, sin embargo, en el camino integramos también a Corporación Agrícola Milagritos, Los Laureles de Villacurí y Los Olivos de Villacurí, para lograr la extensión y la productividad idóneas”, detalla Yzaga.

Sus operaciones se concentran en el cultivo y el empaque de sus productos a ser comercializados en el exterior. “La empresa exporta diferentes variedades de uva de mesa patentadas y un pequeño volumen de mandarinas. Hay que entender a Vanguard Perú como la marca que identifica al grupo, siendo Los Olivos de Villacurí SAC la firma exportadora, gracias a la formación de un consorcio”, agrega.

Hoy, sus volúmenes de exportación –entre uva y mandarina– sobrepasan los 3,5 millones de cajas, llegando en la última campaña y sólo en uvas a casi 3 millones 300 mil cajas homologadas a 8,2 kilos. Auspiciosamente, los principales destinos comerciales a donde llegan los cotizados frutos son China, Corea, Vietnam, Estados Unidos, México, España, entre otros.

Las uvas VanguardFresh, Red Tiger, Jade Rabbit, Silver Ox, Golden Horse y Pampa Fresh son sus principales cartas de presentación en muchos países del mundo. “La calidad de nuestra producción se basa en los detalles y en el compromiso por obtener fruta fresca que cumpla con los estándares requeridos internacionalmente, y aún más, sobrepasando las expectativas del consumidor final. La empresa cuenta con certificaciones como AWS, SMETA, Rainforest Alliance, Global Gap, Primus GFS, y HACCP”, refiere el CEO de Vanguard Perú.

CRECIMIENTO COMPARTIDO 

El equipo de trabajo de Vanguard Perú está conformado hoy por 225 empleados y cerca de 800 obreros. En ambos grupos se cuenta con personal permanente y, también, con personal que se integra, en adición, para apoyar en los periodos de cosecha, considerando que la campaña alta de la uva se da entre noviembre y marzo. 

Como parte de sus políticas de responsabilidad social, la empresa viene participando en diferentes proyectos que afianzan el compromiso hacia la región Ica y hacia quienes viven y trabajan allí, con la expectativa de que se irradie a otras regiones. “Algunos de ellos son la creación de la Casa de la Cultura –en más de una zona adyacente–, la habilitación de antenas de conexión internet para estudiantes, la gestión de clases de fútbol para niños, el fomento y soporte del coro infantil, entre otros. En realidad, estamos muy comprometidos con los temas de educación y deporte, participando también en lo que se refiere a salud”, detalla Manuel Yzaga.

Con 15 años de trayectoria, Vanguard Perú ha logrado consolidarse como una organización sólida y de creciente prestigio en el rubro. “Considero que los hitos más significativos son el progreso sostenido de la organización, el desarrollo de la marca y la mejora de las comunicaciones, así como la ejecución de proyectos a nivel comunitario. Debo resaltar, también, el tratamiento de agua potable con tecnología propia; el cuidado, mantenimiento y sostenibilidad del agua en general, que es fundamental”, enfatiza.

Agrega que la empresa tiene interés en ofrecer el mayor número de puestos laborales posible, sin embargo, lograr este objetivo, depende de cumplir otros: “A nivel general, que el Perú sea identificado como un país confiable; a nivel interno, están el crecimiento de marca y definir una nueva estrategia que compense el alza de los insumos, entre otros. De hecho, la situación política y económico-social que vive el país constituirá, siempre, un factor crítico; el sector agrario es muy sensible a los cambios de gobierno inadecuados y a la percepción de la población”.

“Buscamos ser un grupo de empresas reconocidas por una marca distintiva, Vanguard Perú, que se diferencie por potenciar el talento humano, el mismo que nos permitirá alcanzar nuestro propósito: crear experiencias memorables en las familias del Perú y el mundo”, proyecta Manuel Yzaga.

Respecto a la actividad agroexportadora, resalta el coraje de quienes participan en la cadena de valor. “Los inversionistas apuestan en un país con alta incertidumbre –sobre todo hoy–, y los colaboradores, muchas veces, trabajan en un entorno políticamente hostil. Es importante la versatilidad para reinventar el camino diario ante cambios económicos, sociales, normativos, que demandan actuar con amplio conocimiento, anticipo y actualización”.

Finalmente, Manuel Yzaga subraya que, pese a las dificultades, son muchos los beneficios que ofrece la agroexportación al país: “Sin duda, vemos el desarrollo de las comunidades locales gracias a la oferta laboral, ni qué decir sobre el aporte en divisas, la revalorización de los alimentos de origen peruano y el crecimiento de la empleabilidad en diferentes regiones gracias al efecto indirecto que conlleva la actividad agroexportadora”.

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